La mayor asociación de padres de alumnos de Francia convocó en marzo una huelga de deberes escolares en casa de quince días para pedir el fin de esas tareas porque considera que "no es útil y acentúan las desigualdades entre los niños que pueden beneficiarse de ayuda en casa y los que no".
Muchos profesionales se han pronunciado en relación a este debate. Hay algunos que defienden la eliminación de las tareas escolares ya que sostienen que "no existe ningún estudio que demuestre que los deberes favorecen la autonomía del alumnado ni que beneficien su desarrollo intelectual". Sin embargo, también existe otra corriente de especialistas que considera que las tareas para casa permiten "inculcar hábitos y actitudes relacionados con la capacidad de trabajar por su cuenta, formar un sentido de responsabilidad por el aprendizaje, autodisciplina, manejo del tiempo, desarrollar la iniciativa, el gusto por los estudios e independencia para resolver los problemas".
Desde mi punto de vista, no me parece conveniente que se llegaran a eliminar por completo los tareas para casa. Estas tareas son libres para un docente, es decir, es de su elección tanto la cantidad como la calidad. Por eso creo que lo que sí sería adecuado es racionalizar su asignación por parte del profesorado, para que los menores tengan también tiempo para disfrutar del tiempo de ocio y hacer actividades extraescolares si así lo desean. También creo que hay que ofrecer alternativas a los deberes que la mayoría de docentes suelen mandar, buscar una forma de que los niños se interesen por sus tareas y traten de hacerlas por ellos mismos, evitando todo lo posible la desventaja que podría surgir entre los niños que reciben ayuda y los que no, uno de los motivos por lo que los detractores de los deberes abogan por su eliminación. Una forma de conseguir esto podría ser mandar más deberes preparatorios que, según señala Dylan Williams en el diario londinense, éstos son los más efectivos, y consistirían en pedir a los niños que preparen algo para las lecciones siguientes. Esto creo que podría ser una buena alternativa ya que es necesario que sean los propios niños los que lo preparen, porque son ellos los que luego en clase tienen que defender lo que han preparado.
Otra alternativa que me parece conveniente sería la lectura de libros para después comentarlos en clase. De esta manera también deben ser los niños quienes lean los libros y no será necesario que recurran a la ayuda de otras personas. Otro método que me parece adecuado utilizar es dejar parte del tiempo de algunas clases para realizar los deberes. De esta forma se puede comprobar que los niños hacen los deberes por ellos mismos y además creo que podrían sentirse motivados a realizarlos al saber que cuanto más avancen en clase de más tiempo libre podrán disfrutar en casa para jugar o descansar.
Por tanto, y como conclusión quiero decir que no me parece mal la idea de que los niños realicen deberes, ya que creo que hacer actividades sobre un tema que acaba de explicarse favorece la asimilación de contenidos y es otra forma de aprendizaje. En cambio, si veo necesario que se produzcan algunos cambios en la forma de mandar estos deberes. La cantidad debe ser razonable para que les dé tiempo también a disfrutar de tiempo libre, que también es necesario, y se deben enfocar de una manera creativa, para que motiven al alumno a implicarse en aprender y por supuesto, deben estar adecuadas a la edad y las necesidades individuales.
Para finalizar la entrada, como bibliografía, dejo una interesante colección de artículos de prensa sobre este debate: